Una de las principales consecuencias de la exposición solar es la aparición de léntigos, unas manchas ovales, lisas y marrones, completamente planas, y que se localizan en las zonas que han estado expuestas al sol, sobre todo en la cara y escote, dorso de las manos, brazos y piernas y la calva en el caso de los hombres. Afectan a todos los fototipos de piel y están relacionadas con la actividad de nuestra melanina. Los léntigos provocan un aspecto envejecido a la piel y a partir de los 65 años se convierten en un problema estético para el 90% de la población. El uso de cosméticos no logra eliminarlas, la única forma de hacerlas desaparecer es con láser.
El doctor Ordás considera que “nuestros pacientes han comprendido que un rostro manchado envejece igual o más que las arrugas. Pero existen soluciones muy eficaces, el láser hace borrón y cuenta nueva con los léntigos solares en una sesión”.
En Clínica Ordás utilizamos el láser de Alejandrita que tiene afinidad con la melanina y actúa con las manchas como una goma de borrar. Al ‘disparar’ con el láser sobre las manchas, éstas desaparecen y en su lugar surgirá después una pequeña costra, donde antes estaba la mancha, que se cae después de una semana. Durante los días posteriores, la piel quedará con un ligero eritema, de un color más claro, y poco a poco se irá igualando. En algunos casos en los que tenemos que quitar muchas manchas, podemos utilizar un láser fraccional para igualar el tono de la piel. El tratamiento se hace sin anestesia ya que solo se nota un pequeño escozor. Después del tratamiento, es importante utilizar a diario una crema con un alto grado de protección solar para evitar que queden marcas y aparezcan nuevas manchas.