Todo lo que siempre quisiste saber sobre el ácido hialurónico

El ácido hialurónico se ha convertido en una de las sustancias más populares en estética en los últimos tiempos. No todos los ácidos hialurónicos son iguales, existen diferentes presentaciones con diferentes indicaciones y tratamientos que nos gustaría explicar en este post. El ácido hialurónico es una sustancia que se halla naturalmente en el organismo del ser humano y se encuentra principalmente en el tejido conectivo, que forma el esqueleto o sostén de otros tejidos y órganos, especialmente en la piel y en el cartílago, pero también aparece en el humor vítreo del ojo, en la gelatina de Wharton del cordón umbilical, en el líquido sinovial de las articulaciones, etc. El ácido hialurónico es el único glucosaminoglicano no sulfatado. Es soluble en agua, con la que forma soluciones viscosas o geles, con propiedades muy lubricantes e hidratantes, de hecho su principal propiedad es que es capaz de atraer y retener agua. Por eso en estética se utiliza para hidratar la piel y devolver volúmenes y corregir arrugas.

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Ácido hialurónico humano, hay solo uno aunque existen diferentes formas de presentación según las indicaciones para las que quiera utilizar. Existen el reticulado, el no reticulado y el estabilizado por tecnología patentada NASHA. El Ácido Hialurónico puede sintetizarse y modificarse de forma artificial para responder mejor a las necesidades de su aplicación; mediante técnicas específicas en el laboratorio y la acción de ciertas sustancias puede obtenerse Ácido Hialurónico con distintos niveles de reticulación. Esta reacción química es un proceso por el cual se forma una red tridimensional de polímeros, adquiriendo la sustancia más rigidez: así, con poca reticulación, el Ácido Hialurónico será más fluido y volátil, mientras que a mayor reticulación, se conseguirá una mayor densidad y durabilidad.

Por este motivo, el reticulado se utiliza para dar volumen y suele inyectarse con una cánula de manera profunda, por debajo de la piel, en la grasa o debajo de los músculos, por ejemplo, para esculpir unos pómulos o rellenar surcos nasogenianos e incluso en glúteos, hombros o pantorrillas para modificar la forma. Es el ácido hialurónico que se utiliza para los rellenos.